Existe una casa en una localidad de Pensilvania, un pequeño pueblo que se dedica al cultivo de maíz y en algunos puntos… Otras cosas.
Un día de la primavera, cuyos vientos soplan cada espacio de mi cuerpo y el aire fresco penetra cada célula de mi ser, encuentro la paz y nuestra relación con la naturaleza.
Nada especial, nada estrambótico ni fuera de lo común, solo la naturaleza en su máxima expresión.
El verde por todas partes,
El sonido del rio que arrastra sus caudales detrás de esa pequeña casa,
Los patos que se trasladan de un lado a otro,
Y la caída de la lluvia por las mañanas… Nada especial, solo la naturaleza.
El sonido de los pájaros mientras la mañana se va y da paso a un día soleado, pero sin quejas.
Todavía recuerdo el olor de maíz, mientras los vientos danzan junto a las plantaciones,
¡Y esas noches oscuras!
Solo son la luna y las estrellas. Al principio, no ves nada, pero a medida que los ojos se adaptan a la luz de la luna y la compañía de las estrellas, comienzas a ver ese mundo mágico y espectacular, que solo los puedes imaginar en los libros, pero como siempre, nada especial.
Simplemente, nada especial.























Excelente narración …inspira estar ahí, aún sin ver las fotos.